1. Donde tropiezas, ahí está tu tesoro.
Al calor del amor, de la intensidad de la pasión, de la ruptura del adiós, no puedo pensar, pero...
Una vez que se diluye ese aroma, puedo sentir, puedo pensar con más claridad ¿Qué aprendí de todo esto? Y más importante ¿Qué aprendí de mí?
2. Llora y descárgate. Ponte un limite, no postergues.
Una de las cosas que me ayudó a superar mis primeros duelos amorosos, era llorar de inmediato, a solas. Solía hacerlo en un parque, en un rincón donde me hallaba solo. Y hablaba con Dios. Eso me daba inmensa paz. No desprecies el valor de dialogar en secreto con Dios.
3. El tiempo borra todo.
Si te caes de una bicicleta, te duele la pierna. Y ese dolor de forma natural cede con el paso del tiempo. El tiempo te dará el espacio necesario para la aceptación.
4. Agradece lo bueno que trajo a tu vida.
Cada amor deja una huella distinta. No todas las personas nos tocan igual. Creo firmemente que atraemos a la pareja que necesitamos, justo en el momento que la necesitamos. Y que una vez que aprendemos la lección que nos vino a enseñar, se va... Creo que una parte para olvidar, es agradecer... ¿Qué? Si, agradecer. Agradecer las cosas buenas, los bellos momentos que trajo a nuestra vida. Es un primer paso para elaborar esa perdida amorosa.
Y mucho ojo con esto: si no aprendes la lección ¿qué crees? tu pareja siguiente será exactamente igual, con los mismos problemas que la anterior. En este juego de xbox llamado vida, si no aprendes la lección, no pasas al siguiente nivel y repites con la misma clase de hombre, hasta que aprendas.
5. ¿Dónde pones los huevos de tu canasta?
Una pareja es un complemento de mi vida feliz. De ninguna manera puedo hacerla todo mi mundo, porque en el momento que ese mundo tenga gripe ¡a mí me da pulmonía! Es mejor distribuir los huevos de la canasta de mi felicidad no solo en mi canasta llamada pareja, sino en otras llamadas amigos, familia, sueños, así, si cualquier canasta se me cae, tengo las demás que me sostienen.
6. Ten una vida propia.
Si considero que amar, es darle la clave de mi correo a mi pareja y pasármela todo el día en su casa... La relación está destinada al fracaso ¿por qué? siempre es saludable tener mi propia vida, mis amigos, mis propias experiencias diferentes a mi pareja, para cuando me reúno con ella, tenga algo que compartir. Si dejo de vivir, dejo de crecer. Y si dejo de crecer, no aporto nada nuevo a la relación. Y si no aporto nada nuevo a la relación, esta se marchita y muere.
7. Cada sapo, te acerca más a ese príncipe.
Si aprendo que hice mal con mi pareja, puedo prometerme corregirlo en el futuro con la siguiente. Y cada aprendizaje me acerca para ser mejor pareja. Me acerca para conocer al hombre o la mujer de mi vida.
8. El hombre que atraigo y mi historia de vida.
Si siento tanta soledad, desesperación por tener pareja, tengo que preguntarme que tanto de mi historia de vida está afectando mi elección de pareja ¿Papá me regaña y resulta que mi pareja también me regaña? ¿De niño me abandonaron, y el abandono de mi pareja es revivir ese miedo a estar solo? Si me conozco, puedo hacer algo por controlar mis impulsos, puedo entender que la química nuclear que siento por esa persona fría, es repetir la búsqueda de ese papá frío que me abandona. A veces hay que huir de la química en la dirección opuesta y a la velocidad del sonido.
9 . La vida es un juego.
Se vale perder, se vale ganar, pero este juego llamado vida hay que disfrutarlo, estamos aquí para ser felices, pero si todo el tiempo tu vida estuviera en paz ¡qué aburrido! Una dosis de sufrimiento, que te sirva para mover tu mundo y cuestionarte qué estás haciendo con tu vida, es bueno.